jueves, 18 de octubre de 2007

La Búsqueda del Alba




LAS BUSQUEDAS DE GERMAN LEQUERICA

Por: R.P. José María Arroyo

José María Arroyo, nacido en España, fue profesor principal de Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP). Escribió este artículo en la Revista de Cultura Amazónica, N° 2, editada por el Instituto Nacional de Cultura de Loreto en Marzo de 1988, mientras era el director departamental el Lic. Cesar Arias Ochoa. Evidentemente, Germán Lequerica, con el Grupo Oruga de Acción Cultural, seguía produciendo.

En 1957, un grupo de poetas de Iquitos suplieron con exceso de entusiasmo la carencia de recursos para organizar la Primera Jornada del Libro Loretano. En una imprenta rudimentaria y con técnicas artesanales lograron la edición de cinco libritos de poesías de otros tantos poetas de la Selva. Desde la época inolvidable de los cuarenta en que desde la revista “Trocha” el maestro Francisco Izquierdo Ríos animaba con su inacabable optimismo desde Iquitos el mundo literario de la Selva, nadie había presenciado en esta parte alejada y perdida del Perú semejante floración de poesía. Pero lo más conmovedor fue la respuesta del público. La gente se arrojó materialmente sobre el rústico quiosco montado de urgencia en la Plaza de Armas y en menos de un día agotó la edición completa.

Se abría una esperanza. Iquitos tantas veces apodado “ciudad fenicia”, se entregaba por primera vez de manera tumultuosa al hechizo de la cultura.

Probablemente habían contribuido al éxito editorial el atractivo de los padrinos que prohijaban la Jornada: Ciro Alegría Alegría y su esposa Dora Varona en presencia y Sebastián Salazar Bondy con su nombre desde la lejanía. Pero de cualquier forma, este paso trascendental dado por Iquitos a la búsqueda de la cultura, no tenía precedentes ni tuvo después parangón en ninguno de los otros festivales, muy superiores en organización y en todo, que se hicieron después de esa fecha. Por desgracia de todo esta lozanía no quedó consignado nada para la historia más allá de las notas breves periodísticas que se publicaron. El resto tenemos que reconstruirlo con los retazos de recuerdos de quienes vivieron esos momentos. Será un milagro igualmente que alguien logre encontrar uno siquiera de los libritos publicados. Puede ser que ande alguno que otro perdido entre los anaqueles de alguna librería de viejo, porque ni siquiera los propios autores poseen un ejemplar de aquellas obras.

Pero la Jornada llenó un momento cultural y abrió perspectivas y horizontes de un renacimiento literario que en una forma o en otra, desde entonces no se apaga. Los autores de “Bubinzana Literatura Mágica de la Amazonía”, (Armando Ayarza y Tedy Bendayán), aseguran que: “Esta Jornada Primera de Libro Loretano, significa o crea el clima para el advenimiento del Grupo Literario Bubinzana. A partir de esta Jornada se impulsa y motiva la creación poética en Iquitos y en diferentes lugares de la Amazonía”.

Y algo más. Esta Jornada trajo el descubrimiento de un poeta, Germán Lequerica, que nos hizo concebir las esperanzas de que las antologías de poesías peruanas pudieran contar, a partir de entonces, con un nombre siquiera loretano.

Porque fue evidentísimo que entre todos los poemarios publicados “La Búsqueda del Alba” destacaba con luz propia sobre el resto del conjunto. Los propios editores al presentarlo al público, afirmaban con justeza que “No se trata de un poeta más, sino de UN POETA”, para continuar luego exponiendo la otra intención, tal vez ilusión, que se proponían presentarlo al público: “Era lo que faltaba. La conciencia de que Loreto – no obstante su aislamiento y abandono – puede también hacer oír su voz sonora y feliz en el concierto doloroso de la Patria”.

En aquellos momentos era una voz nueva que hablaba desde la Selva, un lenguaje nuevo y unas formas poéticas nuevas. Hasta entonces, esa fuerza de ese aislamiento y abandono que aludían los editores, la poesía de la selva, como ya se ha repetido con frecuencia, era un rezago de un modernismo extinguido muchos años atrás pero que aquí campeaba en el entusiasmo pertinaz de aquellos hombres que luchaban por hacer la cultura de la selva. Era una transposición a tunchis y espíritus, ríos y árboles de la selva de toda la mitología dariniana en versos perfectos con frecuencia felices hallazgos, pero en general, toda una literatura trasnochada, fuera de lugar, pintoresquismo puro como para una guía o “Baedecker” para las compañías turísticas.

Quizá porque el público descubría una nueva expresión, una nueva naturaleza, un nuevo hombre amazónico en los versos de Lequerica fue por lo que se movió con avidez hacia la nueva poesía y la ciudad fenicia se transformó fugazmente en ciudad cultural. Porque poco duró la fiesta. Pese a que la poesía continuó increscendo con los nuevos grupos que surgieron después y como consecuencia de esta Jornada, por mas esfuerzos que se han hecho, la poesía no logra superar los cenáculos y corrillos literarios y llegar alguna que otra vez a auditorios semicautivos de colegios o barriadas.

La Búsqueda del Alba de Germán Lequerica se situaba en un nuevo contexto.

Si fuera – digo –
un paraíso el ande
el mar un río mineral como la nube
la golondrina un sueño de verano
la búsqueda del Alba
fuera simple
fuera tal vez y nada más hermano
el nacimiento puro de la luz.

De un plumazo Lequerica liquidaba toda la poesía rimada, semirimada o libre que había venido haciéndose en la selva con una auténtica intención cultural y poética pero en realidad reducida a un estéril y pasadísimo divertimento. Con esto se había cerrado un ciclo de grandilocuencia o también de sencillez, de una poesía delicada y tierna, de bellas imágenes poéticas, de metáforas para la preceptiva literaria. La búsqueda del alba es un supremo dolor, sin complacencias ante el mundo que le rodea.

Y es entonces que empieza
todos los días útiles y las noches iguales
la búsqueda del alba


Es entonces que busco con mis manos
con mi paso furtivo
con mi sudor cargado de cadenas
un canto de bondad y de esperanza nueva
un pedazo de tierra labradora
para tu reja triste


Es entonces que busco a grandes voces
un amor colectivo para el trigo
una paloma blanca para la paz del hombre
una sonrisa dulce
permanente
para la seriedad de tus abrojos

y luego lanzará enérgica la protesta para exigir el resultado de esa búsqueda

Quiero un paraguas grande
con retazos de dicha con flores sazonadas y torcazas

y quiere ese paraguas “para los niños tristes de este mundo”, “para el que tenga sed todos los días”, “para poblar las canas verdaderas de mi abuela”.

La descripción fluye desordenada torrencial entre recuerdos, exclamaciones, imprecaciones apenas iniciadas o entrevistas, pero siempre dentro de la misma tónica de esperanza – dolor – desesperación.

He visto amanecer a muchos hombres
junto al mismo recuerdo
gemir a muchas voces...

He visto que medían mis plaquetas
palpaban mis despojos
repartíanse prestos mi silencio...

El día se yergue desafiante
la explotación
que se sube a los hombres
que pega sin piedad a tantos niños...

El libro termina con “La primera protesta” que arranca con estos versos lapidarios:

La protesta del hombre
cuando surge
tiene garras de cóndor y fusiles.

Para concluir luego de imprecaciones con esta protesta que tiene visos caricaturescos

Protesto
definitivamente
por aquel senador que nunca cena
por los emolumentos que salen de mis ojos
- de los ojos de todos -
cada vez que te miro
por aquel parlamento que te callas
por tu propia mujer que no te sueña.

¿Porqué se apagó tan súbitamente la voz de Germán Lequerica? ¿Porqué se limitó a abrir una nueva trocha sobre la vieja y gastada de los poetas anteriores? No lo sé. Hoy anda por otras búsquedas, otras albas, en la narrativa particularmente, animando el nuevo grupo cultural “Oruga”, pero, que sepamos, no regresó a la poesía.

Hay quienes han calificado su poesía de “primigenia”. No especifican más. Si quieren decir que es la poesía de un poeta que se inicia en ella, deben confesar y proclamar a la vez el vigor, la fuerza y la energía que posee, si entienden que todavía está en momentos un poquito vacilante y se filtran a través de las palabras y de las imágenes las influencias de los grandes poetas, Vallejo en primer término, pues esto es achaque que padecemos todos, los grandes y los pequeños, lo que no disminuye en lo más mínimo el valor original de la poesía de Lequerica. Lo único que nos duele es que tan rápidamente dejara de producir.


Con la venia de la familia Lequerica, este blog les presenta:




LA BÚSQUEDA DEL ALBA

*

En la búsqueda del alba
el hombre tiene inevitablemente cien pies
cien manos
y una estrella prendida en la memoria.

**

Si fuera simplemente
el sol
ardiendo sobre la selva
o la luna ofreciendo a los viajeros
los cuartos de su amor

Si fuera simplemente
el ave
la pupila desierta
o el pétalo en la lluvia una ilusión cualquiera

Si fuera simplemente
el aire
la lágrima una flor que se enternece
perdurable la paz
el vagido el origen de tu llanto

Si fueras tú con todos los torrentes
con todos los abismos
un simple signo ignoto

Si fuera –digo-
un paraíso el ande
el mar un río mineral como la nube
la golondrina un sueño de verano
la búsqueda del Alba
fuera simple
fuera tal vez y nada más hermano
el nacimiento puro de la luz.

***

Pero el sol es un golpe
el mar la idea superior de la gaviota
la luna una obsesión bilateral del hombre
la palabra un ardor
la lluvia un cántaro roto sobre mis hombros
el río agreste
la paz definitiva de los peces

Y esto hermano
es el síntoma vago de los grandes reclamos
es el sonido intenso
que estremece
como el río que suena y trae piedras

Y es entonces que empieza
todos los días útiles y las noches iguales
la búsqueda del alba

Es entonces que busco con mis manos
con mi paso furtivo
con mi sudor cargado de cadenas
un canto de bondad y de esperanza nueva
Un pedazo de tierra labradora
para tu reja triste

Es entonces que busco a grandes voces
un amor colectivo para el trigo
una paloma blanca para la paz del hombre
una sonrisa dulce
permanente
para la seriedad de tus abrojos

****

Y en la terrible tregua
en el tiempo que crece indoblegable
la búsqueda del alba
quiero un paraguas grande para verte en la
sombra
para no dar mi brazo a torcer
buscando
las buenas intenciones
las perdidas alhajas del latido interior

Quiero un paraguas grande con cielo de palmeras
con retazos de dicha
con flores sazonadas y torcazas

Quiero un paraguas grande
inalterable
para los niños tristes de este mundo
Quiero tenerlo presto aunque éste sea
de esos de dos por medio
que se ve en cada esquina
aunque no tenga techo convertible ni oropeles
ni radio

Quiero un paraguas grande
inalcanzable
para perennizar la estrella entre tus ojos
para fortalecer la fe de los domingos
para el amor que nace
para el que tenga sed todos los días
para poblar de besos
las canas verdaderas de mi abuela

*****

La búsqueda del alba en este valle
donde el hombre es materia indefinible
donde se siente el opio
ciñendo la garganta de los pueblos
y donde el frío
el abismo
la propia desolación de los obreros
el pan amargo
es un vaso sin fin todos los días

la búsqueda del alba
- lo repito -
es un minuto alto
un dolor con espinas como de parto enorme
la mar de tropezones

Es un cálido abrazo en la distancia
una celda feroz
un exilio de plumas en el vuelo
un genuino amargor de ave atrapada

Pero también
hermano
la primera noción de nuestra lucha
la dirección del viento
la bandera inicial de los fusiles


SUSPENDIDO EN EL AIRE

*

Suspendida en el aire
la palabra
viajera que me conoce en la esperanza

**

El día en que se fragua la tormenta
sea acicala la férula
se aprisiona la arteria a la simiente

El día en que he perdido el tiempo andando
en que tú no tenías
buen vino ni mendrugos ni consuelo fugaz
en que había vendido la caricia
su aroma vegetal
y el nardo
perdía su suspiro en el florero

El día – digo -
en que se sale al mundo
para robar los ojos de los hombres
y gastarlo en los bares

El día en que se yergue desafiante
la explotación
que se sube a los hombros
que pega sin piedad a tantos niños
tiene
preocupadamente
pocos signos iguales para el yugo

(tiene grandes dolores en las minas
en la estrada y la gleba
en las usinas)

Tiene pavor del hombre y de sus brazos
justificadamente

***

He visto amanecer a muchos hombres
junto al mismo recuerdo
gemir a muchas voces
caminar por la estancia abandonando
precipitadamente
a muchos hombres
distantes de la estrella y la memoria

He visto a los amigos de los otros amigos
- a los propios amigos -
discutir de la vida enardecidos

He visto que medían mis plaquetas
palpaban mis despojos
repartíanse prestos mi silencio

He visto sola pasar emocionada
la brisa aquella en que te di mis ojos

Pero también
al viento que retoza en los maizales
en los rostros cetrinos
en la cien sudorosa del trabajo
he visto retomar
ayer
con toda su alegría

Y al árbol
y a la mujer
y a la misma esperanza que conozco

****

Qué distante y cansado
estás hermano
suspendido en el aire
sobre el débil andamio de los días

El sol sobre tu frente enrojeciendo
palpitando a segundos
suspendida
la construcción civil de la palabra

Cuánto se necesita
dilo hermano
para llegar siquiera a conocer tus brazos
para saber del vértigo que sufres
para beber el yugo que te inflama

Qué miseria es aquella en que las sombras
ruedan interminables
sobre el tiempo

Qué te cuesta decir
al alba
a la cuestión total
el color lateral de los ladrillos

Qué te cuesta nacer
abandonar la espera
concurrir a la búsqueda del alba

Qué te cuesta bajar
profundizado
definitivamente hasta la tierra
y dejar a los otros
amenazar la vida de los suyos

Suspendiendo en el aire para siempre
la construcción fatal

*****

Ya no importaba nada aquella tarde
ni la luz de tus ojos
ni el devenir alegre de los viejos

Ya no importaba nada
ni siquiera
la dulzura del árbol en la sombra

Ni era más importante
- digo nada -
ir al cine los martes
o pasear el domingo en los balnearios
en los lagos cercanos
o en las playas candentes de tu seno

Ya no importaba nada
ni siquiera
buscar en tus cabellos aromas de mucura
o prender en tus labios la espina de mi beso

Había aquella tarde
sucumbido en silencio la desdicha

Y en la fronda bullía interminable
la fiesta de las hojas

Y el hombre infatigable como nunca
bebía con esmero de este río
dulce
de los peces


LOS BRAZOS CRUZADOS

*
Con los brazos cruzados
esperando
el hombre siempre destruye la palabra

**

La tierra amontonada ante mis pasos
abierta la mirada
los latidos saliendo de su cauce

Cómo tendré
hermano
la voz para decir de lejos
lo que quiero servirme en tu posada

Cómo tendré el dolor en el bolsillo
la vejez que no siento
y que me duele
a segundos constantes y a destiempo

Cómo
hermano
voy a volver mis ojos a mis huesos
alegremente
si ante mis pasos
la tierra amontonada se levanta
sobre un sueño de espigas ya creciendo

Cómo voy a volver
ahora
hermano
hasta mi tambo
con mi sueño de espigas pisoteado
con mis brazos hambrientos de trabajo
con mi garganta seca
con mis zapatos tristes huyendo de la calle

Cómo voy a volver
ahora
hermano
Cómo

***

Si pudieras decir a todo trance
- hombre que sueña
niño que en las aceras agiganta su paso
mujer triste y dolida
lavandera de estrellas y de brisas –
las veces que te he visto de rodillas

Si pudieras decir
como yo digo
- sin ocultar las veces que he bebido -
cuántos sufren tus ojos y tus hombros
cuánto cuesta ese pan que te mezquinan

Si vieras a mis hijos merodeando
puntualmente
junto a mis ordenadas pesadumbres
Si vieras esos pies
tan diminutos
gastando ingenuamente
más de un año en el mes de cada día

Si pudieras en suma
ir por tus brazos
por los brazos flagrantes de los otros
a levantarlo en alto en plena calle

Si pudieras conmigo ir al encuentro
de las voces rebeldes de la noche
juntos en el ardor de los fusiles
en el canto del viento
en la maraña
podríamos decir a los que sufren
que pronto
el río
definitivamente
cantará entre los surcos su dicha marinera
como si fuese espiga del amor

****

He mirado esta tarde justamente
sólo para mis ojos
y he salido a la calle ya muy noche
a gritar con los grillos y el silencio

He salido a decir únicamente
con estentor y pena
que hay
- lo he visto -
diez hombres
muchos más de cien mil
- ni sé ya cuántos -
con los brazos cruzados esperando

He salido a decir
y lo repito
que hay en toda la fronda humedecida
un oscuro rumor
un lento caminar de árboles tristes
un deseo abolido de remar

He salido a la calle
Íntimamente
con un dolor profundo y duradero
a gritar por mis poros y mis huesos
a remover la sombra
a denunciar la entrega del quietismo
y a desatar tal vez
la furia de algún rayo en la tormenta

*****

Soberana la risa que no fuga
la paz intensa
pura
ala de luz que triunfa y permanece

Soberana la estrofa
que vierte de tus labios como estrellas
que meditas
al alba
junto a tu costurero envejecido

Y en mi boca
un sabor de frutales primerizos
y en mis manos
fugaces
tu cabello aromado de alba y nardo

Soberana la miel de cada tarde
la brisa nueva
pronta
mece su amor que empieza en la esperanza

Y en mis ojos
niños que crecen sanos y robustos
y en los surcos del alba
soberana la paz
el trigo
la palabra del hombre

LA HUIDA DEL HOMBRE

*

Temblando
el hombre
huye
equivocadamente
para salvar su cuerpo de la tierra

**

Desde su propio albergue
desde su corazón acongojado
desde el sitio preciso
donde el viento
constante
ha pintado el color de la primera piedra

Desde su ingenua espuma
desde el sueño de nubes
que descubre
la latitud cambiante de los barcos
desde el árbol añoso en que las hojas
utilizan la clave
ritual
de la impaciencia
el hombre
precipitadamente
huye como un torrente perseguido

Huye
precipitadamente
como el temblor ante la luz primera
como el ave imprecisa
como el tedio ante el paso de los astros

Huye
cobardemente
con todo su dolor sobre los hombros.

***

Y a veces
también el hombre
huye
precipitadamente
por su amor vegetal a los espejos
por llenar su cuchara de rocío
por ver al pez más gordo en su pecera
por su vicio de polvos y luceros

Huye
temblando
precipitadamente
por el alto rumor de la protesta

****

Y a veces
también el hombre
huye sobre su frente
sobre su propia idea suspendida en el aire

Huye
precipitadamente
corriendo sobre su sombra
apagando sus venas
negando la tormenta primordial de la especie

Huye a cruzar sus brazos debajo de la cama
con su gaviota muerta
con la noche apuntándole el rostro
pisoteando a sus hijos

Huye
a veces
cobardemente
el hombre
abandonando al hombre
avergonzadamente
por la propia costilla que le falta
para amar en silencio a una muñeca
abriendo su dolor más hondo todavía

*****

Y también
desde su propia luz en crecimiento
desde el faro que enciende ante la noche
la claridad del beso
desde su voz más honda
desde su paso airado y comprimido
el hombre
huye
precipitadamente
por su propio alfabeto que no entiende

Huye tenaz
como el cangrejo
con su frío egoísmo de campanas
con su sueño inferior de rascacielos

Huye porque la sombra
la hora colosal
la dirección del viento
no ha llevado a sus ojos todavía
la búsqueda del alba

LA PRIMERA PROTESTA

*

La protesta del hombre
cuando surge
tiene garras de cóndor y fusiles

**

De conformidad con el intento
deduciendo del vuelo sideral de las aves
de la forma integral de los maderos
de la sonoridad languidecida
del sol amilanado
de la parte lunar que más se oculta
yo soy
-muchos lo dicen-
la jauría que enrostra su momento

Y he dicho lo que siento amaneciendo
y he de decir
lo que pretendo hacer
cómodamente
con la voz renacida en la garganta

Y he visto
como todos lo ven a cada instante
todo lo que no callo y siempre digo
He visto
íntegramente
mudo de soledad y entre las hojas
al puma allí degenerando al ave
al reptil en acecho
junto al nido

He visto al trompo
falleciendo en ruedas
al café avinagrado
al año viejo abandonado al niño
sin un pañal a la ilusión que nace

***

Y he visto
hermano
con mis ojos
sudando de dolor andando apenas
almacenando gritos
al hombre
huir equivocadamente
para salvar su cuerpo de la tierra

He visto
íntegramente al horizonte
suspendido en el aire
amordazar al viento
detener en el ande y el boscaje
la búsqueda del alba

****

Y por ello protesto
inquebrantable
Por ello intento despertar la sombra
la mirada indecisa
la propia contricción que te aniquila

Y por ello también
protesto
muy dolido
por el gemido enorme
de los andes
con su sueño de huaynos y de quipus
Por el duende que tima a las abejas
al pie de cada aurora
por el hombre oprimido largo tiempo
sobre la letra muerta de los himnos

Por ello espero detener la farsa
descubrir el connubio conviviente
avergonzar al tiempo
dividir la palabra en sus vocales juntas
Por ello permanezco en este encuentro
militando en el viento
poblando de mi ardor todos los tambos
surcando a nado
positivamente
los ríos temporales de la selva

*****

Y por ello también
hermano
con la misma intención enardecida
de la fronda
con el remo más grande de mi balsa
protesto por los mineros abaleados
por el amor que dejas con los hijos pequeños
por el trabajo rudo de mi madre
por las noches que pasa algunas veces
airadamente sola

Protesto
definitivamente
por aquel senador que nunca cena
por los emolumentos que salen de mis ojos
- de los ojos de todos -
cada vez que te miro
por aquel parlamento que te callas
por tu propia mujer que no te sueña.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante este blog,acerca de la caricatura artistica.Tambien buscando por la internet encontre otro sitio el cual dedica esfuerzos en realizar cortos animados su website es: www.onetooneperu.org